Un exposición de José Carlos Nievas en el Teatro Español
La Colección de La Farándula, ha partido de retratos realizados a actores, autores, directores, técnicos, escenógrafos, figurinistas, etc. Todos aquellos que son piezas insustituibles en la producción teatral. Ahora se han unido a cuadros que cuelgan en las Salas del Museo Nacional del Teatro, y estos retratos se abrazaron a las obras de la exposición permanente. De esta manera actrices y actores de ahora convivieron con actores y actrices de los siglos XVIII y XIX; de igual manera los autores y directores de un tiempo y otro. Un fuerte abrazo en el tiempo.
Es la primera vez, en mas de veinticinco años, que el Museo del Teatro encarga a un artista contemporáneo una exposición. Y es la primera vez que el Museo abre las Salas de la exposición permanente para abrazar una obra ajena a sus fondos para que el pasado más alejado y el pasado casi inmediato se unan con una obra recién acabada. Las fotografías de Nievas: sus actores, sus autores, sus directores escénicos, sus gestores teatrales, sus técnicos se miren cara a cara con sus antecesores. El público se encontrará en las salas del Español, tal vez, Núria Espert con Margarita Xirgu, o a la Portillo cerca de la Guerrero. Escenógrafos como Amalio o Busato estarán hombro con hombro con Pedro Moreno o Raymond. Y así, profesionales de todos los ámbitos.
Pero hay una razón última que justifica esta exposición y, sobre todo su presencia en el Teatro Español, que no es otra que la teatralidad de cada fotografía. Nievas utiliza su foto, solo como pretexto, como el texto dramático, que sólo es pretexto para la puesta en escena. Las fotografías están ensayadas, escenografiadas y dirigidas hasta el resultado final que queda ya lejos del primer paso hasta la obra “representada” ante el público, ante su espectador. Pero lo más interesante es que el texto primero ha sido enriquecido. Jamás traicionado.
Creo no haberme equivocado al invitar a José Carlos Nievas a que su primera serie Gentes de luz, se haya ampliado hasta estos maravillosos personajes para llevar a cabo estos abrazos. Viendo ahora a todos los componentes del Teatro, del ayer y del hoy, no queda más remedio que volver a aquel grito de Broadway, de No hay gente como la del espectáculo, ni mundo como el del espectáculo.
Andrés Peláez Martín
Director del Museo Nacional del Teatro